domingo, 24 de febrero de 2008

Los colores de la red...


El aire daba saltos nostálgicos por la ventana de la sala. Ella, envuelta en el clamor de una tarde perezosa de domingo, miraba através de la pantalla, el alma de la gente. Se maravillaba de las tonalidades tan vastas y diversas de las almas "conectadas" , había unas muy rojas, de un carmín que deslumbraba, hasta quemaba. Había en cambio unos azules tan mágicos, que daba la impresión de estar en otra dimensión, en otra fase de la vida, aún desconocida, escondida, reservada para almas de colores...

Las almas amarillas eran muy vivarachas, irradiaban felicidad y hambre de conocimiento, las anaranjadas querían llamar la atención pero las ataban fuertes cuerdas de dudas... Las almas verdes eran ... eran almas verdes, no es que fueran malas, sino que no creían que sus prejuicios les impedian encontrar los azules mágicos que llevaban dentro...

Sí, había almas negras, muchas de ellas, pero generalmente, escondidas con opacos colores de todas las tonalidades, escondidas y envidiosas del brillo de las demás almas que pululan en la "red".

Ella estaba hipnotizada de tanta variedad de almas, de tantas ideas, de tantas percepciones, de los matices de la vida que a veces morimos sin encontrar, no quería salir de ese mundo, sentía que "todo" estaba ahí, lo bueno, lo malo y lo hermoso, lo fantástico, lo falso y lo profano, lo místico, mágico y religioso, la verdad y la mentira, lo lírico, lo realista, surreal y romántico, la pasión, su color, su olor y sabor, tanto por encontrar, por conocer, escuchar y suspirar, todo el arte y algo más...

Las luces se apagaron de repente, el monitor quedó gris y callado, ella levantó el cuerpo y se dirigió a su cuarto. Dentro de la "red", sin embargo, había quedado un alma de colores tornasol que estrenaba su espacio.