El pasado 25 de junio falleció Michael Jackson, un personaje conocido presumiblemente en todo el mundo, miles de homenajes, reportajes y programas especiales se han detonado en su memoria. A título personal creo que sólo Dios sabe lo que su alma padeció, para mí era un niño atrapado en un cuerpo que envejecía como todos los demás y ha de haber sufrido mucho al enfrentarse a la ambición y fealdad de sentimientos de muchas personas. Ojalá que Dios le permita volar al "País de nunca jamás". Descansa y vive por fin en paz Michael Jackson.
Embelesada admiro desde los manglares de tu complicación, las ráfagas de luz que disparas por el mundo, esas luminosas virtudes que a veces se pasean camuflageadas a nuestro alrededor, esos otoños empolvados tan llenos de ternura como ancianos sabios que se arrinconan en el tiempo pero no se olvidan, siempre alguien los saca para tí… El cielo y sus etéreos secretos son centinelas de tu existencia, se placen en la contemplación a veces dulce, a veces trastornada, a veces impía y tormentosa pero tan llena de valor que posees. Eres laberinto sin fin, pose voluble, mirada distante, una descripción indescriptible, sí, paradoja por excelencia, una duda entre la realidad y la utopía, eres demasiadas cosas para enumerarlas… Pero estás aquí, no hay duda, en tí se plasman las palabras que salen de mí, y que un día se extinguirán sin que tú te inmutes, porque tú no falleces, fallecen los que te conocimos, todos, pero tú no, tú sigues dando y regalando sonrisas, tristezas y sueños. Eres única, vida, y me alegra mucho haberte conocido. LETICIA ZÁRATE.
Profesora de español en la secundaria.
Si hablo y mis palabras vuelan
espero que el viento las tire en tierra fértil de flores eternas,
no quiero que el sol las derrita
en suelas de botas etéreas.