sábado, 15 de septiembre de 2007

Suspendida...



Así me siento, suspendida de mi vida, suspendida de mis proyectos, de mis sueños y hasta de mis hábitos. Cómo cuesta salir de la cómoda rutina diaria cuando no hay de otra; el doctor me dijo que por lo menos seis meses más de incapacidad...



A veces uno comete la imprudencia de renegar del trabajo. Lo cierto es que me choca la cara del doctor cuando me dice: " ¿De qué te preocupas?, no tienes problema, fue accidente de trabajo, tienes derecho a un año sabático y con sueldo completo jajaja" ¡¡¡!!!



Me doy cuenta que eso no es lo que deseo, y me descubro imaginando a cuarenta y tantos adolescentes inquietos dándome dolor de cabeza, provocándome retortijones de bilis, ja, y sí, eso es lo que quiero. Bueno, creo que por eso hago bilis aquí en casa, supliendo la que no me provocan mis alumnos.



En fin, trato de ocupar mi tiempo y se supone que he decidido retomar mi camino como aprendiz de escritora pero resulta que siento mi prosa muy deficiente, un asco, y eso que ni soy tan exigente.




A pesar de estas contrariedades trataré de sacarle provecho al tiempo que me quede desocupada. Se aceptan consejos.